
A la hora de orientarse, existen numerosas posibilidades para todos aquellos que queramos vivir una experiencia diferente sin la necesidad de utilizar mapas, brújulas o gps, utilizando únicamente las herramientas que la naturaleza nos brinda. Para ello siempre trataremos de localizar el norte, utilizando diferentes elementos como guía, que vamos a enumerar.
Las estrellas
En un cielo nocturno despejado, no deberíamos tener ningún problema para encontrar nuestro rumbo guiándonos por las estrellas.
Identificando la estrella Polar, si nos encontramos en el hemisferio Norte de la Tierra, hallaremos el norte. En el hemisferio sur encontraremos el sur identificando la “Cruz del Sur”, constelación en forma de rombo.
La luna
El primer paso para conseguir orientarse gracias a la luna es reconocer si se encuentra en creciente o menguante. El truco para saberlo es recordar que si está en forma de “C” no es creciente, sino decreciente.
Cuando la luna es creciente, las puntas señalan el este; cuando es menguante, oeste.
Con Luna Nueva o Llena deberemos utilizar otros recursos.
El Sol
El Sol es un punto de referencia completamente fiable cuando nos encontramos en terreno llano y en los equinoccios (el 21 de marzo y el 23 de septiembre), momento en el que podemos afirmar que el sol sale por el este y se pone por el oeste. Durante el resto del año y en terrenos montañosos, la referencia es sólo aproximada. De marzo a septiembre, el sol sale por el noroeste, y de septiembre a marzo, por el sureste.
También podemos utilizar la proyección del sol sobre un palo clavado perpendicularmente en el suelo para identificar los puntos cardinales.
Marcamos un extremo de la sombra proyectada, trazando una semicircunferencia cuyo radio sea la longitud que la sombra alcanza, y veremos que esta se va reduciendo a medida que se aproxima el mediodía. Cuando la sombra vuelva a crecer, alcanzando la longitud que tenía cuando la marcamos anteriormente, trazamos una línea entre ambas marcas, siendo el este la primera de ellas, y el oeste la segunda. La perpendicular nos indicará el norte y el sur.
La Naturaleza
También podemos encontrar indicios en el viento, las plantas y los árboles que nos ayuden a determinar qué rumbo seguir.
El musgo es uno de los indicadores más sencillos, aunque no del todo fiable si nos encontramos en zonas de mucha humedad o con microclimas particulares. Fijándonos en qué lado de los troncos de los árboles tiene más presencia, podremos identificar el norte, ya que el musgo crece en las zonas más húmedas y sombrías, que suelen ser las orientadas hacia esta latitud.
También podemos utilizar como referencia la forma y las ramas de los árboles, que se ven afectadas por la cantidad de sol que reciben. En el hemisferio Norte el sol pasa más tiempo situado en el sur, lo que provoca que la densidad de las copas de los árboles sea mayor en la parte sur, y que las ramas crezcan en sentido horizontal. El norte vendrá determinado por una menor densidad y por ramas verticales.
Los anillos de crecimiento de los árboles son también una referencia, mostrándose más desarrollados en la parte en la que más sol reciben; señalando por tanto el sur en el hemisferio norte.
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